Hoy te voy a hablar de tu color. Sí, sí de tu color… no me mires así! Otra cosa que no sabes es que vas a ser mulato y bien lindo seguro! Papá es negro y mamá es blanca así que no hay más cáscaras!
Tienes, entre otros, dos primas a las que mamá adora, que son Diandra de 8 años y Luana de 6. Hace ya más de dos años que no las vemos porque la tía Edna se fue a trabajar a la Televisión Angoleña y ahora viven en Luanda.
Cuando mamá se trasladó definitivamente a Lisboa en abril del año 2000 Diandra tenía un añito y pico y Luana todavía no había nacido. De siempre mamá y papá han cuidado mucho de Diandra y tienen un cariño inexplicablemente especial por ella. Sé que Diandra me adora también y que me quiere mucho.
Claro está que la “rara” en la familia de papá soy yo, la española “blanca” y sobre todo ha sido a los más pequeños a los que siempre les he llamado la a atención. Entre mi color y mi acento de “portuñol”……soy para ellos como el mono de feria, pero es algo muy emotivo. Soy lo extraño, lo desconocido, lo inusual, lo exótico…. Ya ves! Pero en España no tesoro, tendrás que acostumbrarte a que la gente te mire de forma extraña, que vean algo peculiar en una pareja como papá y mamá y en ti… sobre todo en Zamora que es una ciudad “de provincias”.
Quizá tengas que oir comentarios o incluso que cuando saques buenas notas en el cole o seas competente en el trabajo las personas se admiren porque sea así. Sé que papá no va a estar de acuerdo con mi post porque él no crea que sea así exactamente, claro está que yo también te cuento esto como algo en general, extrapolando lo concreto. Papá tiene tantos amigos blancos como negros y cuando la gente lo conoce se hace amigo en seguida porque tiene mucho don de gentes y es muy agradable conversar con él, de verdad. Pero es la realidad, de momento… y supongo que así será por mucho tiempo más. Papá sabe que los viejetes en Zamora se dan la vuelta para mirarnos cuando nos ven pasar juntos.
Solo te pido una cosa: que aprendas de papá. Que no le des importancia a nada de esto, que lo tomes como él, con humor, con sorna y sarcasmo, con ironía, con lástima por la ignorancia de las gentes, como terreno baldío, con causticidad.
Y como homenaje a Diandra, y por el cariño que le tengo solo decirte que con la inocencia de todos los niños que no entienden ni de razas, ni de “diferencias”, ni de discriminaciones, me acuerdo de ella todos los días y de cómo me llama “A MINHA TIA AMARELA”, ( Mi tia amarilla).
Besito Diandra, espero que mamá después os traiga a ti y a Luana pronto a Lisboa de vacaciones para conocer al primo Lucas.